Ayer se celebró el día de la Tierra y este año se ha centrado en las Ciudades Verdes.
Esto evidencia el impacto que tiene en el medio ambiente y en nuestra calidad de vida, la tipología de las ciudades. Además actualmente más de la mitad de la población mundial vive en ciudades.
El planeamiento y desarrollo de las ciudades debe evolucionar y tener en cuenta nuevos factores antes no contemplados.
El día de la Tierra se celebró por primera vez en 1970 en EEUU con la participación de 20 millones de personas y con el objetivo de alertar a los políticos y la sociedad sobre el deterioro que el medio ambiente estaba sufriendo. Fué un modo de expresar su preocupación que se concretó en la creación de la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU.
Después de más de 40 años el medio ambiente y los objetivos han cambiado. La conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático son ahora temas sobre los que se trata en los medios y los políticos nombran, pero el objetivo actual es adoptar medidas y forzar cambios para conseguir esas Ciudades Verdes. Aunque parece ser una preocupación general y muchos se definen como defensores del medio ambiente, todavía no es un aspecto clave en nuestra rutina. Los cambios deben llegar desde todos los ámbitos y sectores por lo que, todos debemos contribuir con nuestras acciones.
La reducción del consumo de energía es uno de los objetivos para lograr un medio ambiente saludable y sostenible, al que se puede colaborar desde nuestros hogares.
Reducir las emisiones de CO2 es otro de los objetivos que se logra con el diseño adecuado de las viviendas y los edificios. Para ello analizamos las diferentes etapas de vida de un edificio y tomamos medidas para reducir las emisiones en cada una de las etapas. Las etapas que analizamos son:
- planificación urbanística
- diseño
- construcción
- uso y mantenimiento
- fin de vida
En las viviendas de ASU alcanzamos un nivel B de certificación energética gracias a las diferentes medidas tomadas para las diferentes fases, desde el diseño hasta el fin de vida. Las emisiones de carbono de las viviendas son 9,4 kgCO2/m² cuando un edificio estandar tiene unas emisiones de 28,2 kgCO2/m².
Otro sistema para mejorar la huella de carbono de un edificio es realizar su rehabilitación energética a la hora de llevar a cabo reformas en la misma. En este campo acometimos la rehabilitación energética de la Escuela de Magisterio en Donostia, actuando principalmente en la fachada .
Podemos invertir en el aumento de la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono de nuestros edificios, para reconstruir las ciudades y transformarlas en Ciudades Verdes. Los beneficios logrados serán tanto individuales como colectivos.
Podéis consultar más información sobre las Ciudades Verdes en esta página del Earthday.
Pilar Saiz Coria
Leave a Comment