Tras realizar la urbanización, en este un valle natural de Eibar, se construyeron tres edificios, identificados como verde, rojo y azul. Su uso varía según la planta de modo que a las plantas bajas les corresponde el uso industrial, a las plantas superiores el terciario mientras que los sótanos se destinan al uso de aparcamiento. Los volúmenes se adaptan a la pendiente y han sido ejecutados con piezas de hormigón prefabricado tanto en su estructura como en la parte ciega de las fachadas. La envolvente se ha completado con cubiertas y carpinterías metálicas.